En el momento que ocurre una fractura ósea, el organismo inicia un complejo proceso de reparación y remodelación. Este proceso no sólo requiere tiempo, sino también el aporte de nutrientes específicos. Estos nutrientes son esenciales para que el cuerpo pueda construir nuevo tejido óseo y reparar el daño. En este artículo, nos sumergiremos profundamente en la relación entre la nutrición y la curación de las fracturas y destacaremos los nutrientes clave y los alimentos que los contienen.
¿Por qué la nutrición es clave en la curación de fracturas?
Cuando ocurre una fractura, el cuerpo necesita nutrientes específicos para iniciar el proceso de curación y reparar el hueso. Una dieta deficiente en estos nutrientes puede ralentizar la curación y, en algunos casos, incluso impedir una recuperación completa. Por el contrario, una dieta bien equilibrada y rica en los nutrientes necesarios puede acelerar el proceso de curación y asegurar una recuperación óptima (Ho-Pham et al., 2018).
Nutrientes cruciales para la curación de fracturas y alimentos que los contienen
- Calcio y Vitamina D: El calcio es el mineral más abundante en nuestros huesos, y la vitamina D es esencial para la absorción de calcio en el organismo. Sin suficiente vitamina D, nuestro cuerpo no puede absorber de manera efectiva el calcio de los alimentos que consumimos. Los productos lácteos como la leche, el queso y el yogur son excelentes fuentes de ambos nutrientes. Además, algunos pescados, como el salmón y la sardina, también son ricos en vitamina D (Ko et al., 2013). Sin olvidar la exposición solar que es la principal vía para sintetizar la vitamina D, teniendo en cuenta que si tenemos cicatrices tendremos que protegerlas del sol.
- Proteínas: Las proteínas son fundamentales para la formación de nuevos tejidos y la reparación de los existentes. Durante la curación de una fractura, el cuerpo necesita un aporte adicional de proteínas para ayudar en la formación de nuevo tejido óseo. Las carnes magras, los huevos, las legumbres y los lácteos son excelentes fuentes de proteínas de alta calidad (Arnarson, 2017).
- Vitaminas y Minerales: Las vitaminas C y K, el zinc y el magnesio son vitales para la curación de las fracturas. La vitamina C es necesaria para la formación de colágeno, un componente clave del tejido óseo. Los cítricos, los pimientos y las fresas son ricos en vitamina C. La vitamina K, que se encuentra en los vegetales de hoja verde como la espinaca y la col rizada, también es crucial para la salud ósea. El zinc y el magnesio, presentes en los frutos secos, las semillas y los cereales integrales, también juegan un papel importante en la curación de las fracturas (Institute of Medicine, 2001).
Consideraciones adicionales para la alimentación durante la recuperación de una fractura
Además de consumir suficientes nutrientes, es importante mantener una dieta balanceada y evitar ciertos hábitos que pueden obstaculizar el proceso de curación. El consumo de alcohol, el tabaquismo y la falta de ejercicio físico pueden ralentizar el proceso de curación.
Conclusión
En resumen, la nutrición juega un papel vital en la curación de las fracturas. Alimentarse bien durante el proceso de curación no sólo puede acelerar la recuperación, sino también asegurar que el hueso sane de forma adecuada y regrese a su máxima resistencia. Sin embargo, cada persona es única, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Por lo tanto, siempre es mejor buscar el consejo de un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en la dieta.
Bibliografía
- Ho-Pham, L.T., et al. (2018). Vegetarianism, bone loss, fracture and vitamin D: a longitudinal study in Asian vegans and non-vegans. European Journal of Clinical Nutrition, 72(1), 110–115.
- Ko, B.J., et al. (2013). Relationship between vitamin D, parathyroid hormone, and bone health. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 96(3), E436–E446.
- Arnarson, A. (2017). The Role of Protein in Bone Health. Life Extension Magazine.
- Institute of Medicine (2001). Dietary Reference Intakes for Vitamin A, Vitamin K, Arsenic, Boron, Chromium, Copper, Iodine, Iron, Manganese, Molybdenum, Nickel, Silicon, Vanadium, and Zinc. Washington, DC: The National Academies Press.


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