Como entrenador y profesor conozco muchos casos de personas que se acercan en busca de ayuda para lograr algún objetivo. Mi intención siempre es organizar, guiar, asesorar, evaluar y motivar a esa persona para que lo logre. La diferencia entre los que obtienen resultados y los que se quedan a medias está en un detalle, hacer. Por esto:
Hacer es poder.
Ahora está muy de moda leer sobre motivación y sobre los sueños y todo esto. Está muy bien soñar pero no vivimos con «Alicia en el país de las maravillas». En este mundo terrenal la diferencia entre lograr lo soñado o no se basa en algo tan sencillo como hacer. Quien sueña, soñará, y dormirá muy bien; quien hace, ejecutará acciones y recogerá frutos. ¿Y cuál es la fórmula y que ocupa cada lugar? Pues para mí es muy sencillo, puedes soñar lo que quieras pero debes despertar y hacer algo para lograrlo. Con las acciones adecuadas y haciendo los sueños específicos, medibles, realizables, realistas y con una fecha límite los convertiremos en objetivos. La probabilidad de éxito expresado a modo de fórmula sería así:
Probabilidad de éxito = acciones / sueños
De esta manera si tienes muchos sueños pero pocas acciones, la probabilidades de éxito son muy bajas. En cambio si es al contrario aumentan las probabilidades de éxito. Mientras más sueños tengas y menos acciones haya se reduce el valor de la fracción, en cambio si te centras en un objetivo y lo pones todo de tu parte es una buena estrategia para aumentar el resultado de esta fracción. ¡Céntrate y actúa!.
Hay que mantener la motivación alta, pasar a la acción y no venirte abajo cuando aparezcan contratiempos. ¡Motivación, esfuerzo y siempre adelante con optimismo!
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