El sábado 19 de septiembre de 2015 se celebró la Travesía de Maspalomas con distancias de 7400m, 2000m y 1000m. Después de entrenar a Berni y a Pedro, para la primera y segunda edición de larga distancia respectivamente, ahora me tocaba a mí nadar los 7400m.
Tomé la salida con la tranquilidad de ir con los deberes hechos y con ganas de llegar a meta, como siempre, lo antes posible y dando el máximo. Esta edición se tornó muy dura a causa de la corriente en contra y las olas que estuvieron presentes desde la misma salida en la Playa de El Pajar hasta el Faro de Maspalomas. El estado del mar hizo que nadar fuera muy incómodo, ya que mantener el estilo con el vaivén de las olas era una tarea complicada. Precisamente estas adversidades en forma de fenómeno de la naturaleza fue lo que más me gusto e hizo más especial ser finisher. Sí, a lo mejor estoy un poco loco, pero es que no me gusta lo fácil. Si entreno duro es para enfrentarme a lo difícil y superarlo. Bajo estas condiciones sabe mucho más cruzar el arco de meta y te recarga las pilas a tope para seguir entrenando y afrontando retos. De hecho, ya hoy después de una noche de descanso estoy con ansia de entrenar.

Me gustaría concluir, por una parte, agradeciendo el apoyo y las palabras de ánimo que recibí, son de gran ayuda y motivación, y por otra parte, citar a Cicerón ya que describe el sentir de lo que viví ayer.
Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria. Cicerón.
Foto | Juan Pedro Borrego de Tinta Amarilla
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